Caldillo de Jurel fue el plato elegido por las manipuladoras de alimentos del Hogar de ancianos Santa Teresa de Calcuta de Fundación Las Rosas para celebrar junto a sus residentes, al alcalde de Talcahuano de Talcahuano, Henry Campos, y a la presidenta de los Pescadores Industriales del Biobío, Macarena Cepeda. Todos ellos se reunieron para destacar el aporte que ha significado para más de 3 mil adultos mayores vulnerables, que viven en 77 residencias de larga estadía, la entrega mensual de jurel y merluza común, que ya supera el millón de raciones.
Esta iniciativa de los Pescadores Industriales del Biobío, integrada por Blumar, Camanchaca, Landes, PacificBlu, FoodCorp y Orizon, se lanzó en abril de 2020 con el objetivo de entregar las raciones semanales de jurel en conserva y filetes de merluza congelada que estos hogares requerían para sumar a la dieta de sus residentes. “Este proyecto social nació en el marco de la pandemia mundial, donde los adultos mayores eran sin duda el grupo más vulnerable por tener un sistema inmunitario más débil, pero también, eran quienes sufrirían con mayor dureza las consecuencias económicas y sociales que el Covid-19 estaba provocando. Por ende, asegurar una alimentación de calidad resultaba fundamental en ese momento. Hoy nos enorgullece decir que el Banco de Alimentos del Mar sigue funcionando y ya hemos entregado más de un millón de raciones”, comentó Macarena Cepeda.
El alcalde de Talcahuano, Henry Campos, agradeció el trabajo de los más de 6.500 colaboradores de la pesca industrial, que “traen a la mesa de nuestros hogares estos productos del mar, cuyo consumo ha aumentado notablemente y habla de los beneficios que tiene para la salud sobre todo en las personas mayores que requieren una mejor alimentación. El trabajo que han desarrollado nuestros pescadores industriales de capturar, procesar y elaborar estos alimentos, se transforma también en una ayuda social importante”.
¿Por qué incluir jurel en la dieta?
El jurel es considerado un superalimento debido a sus propiedades nutricionales, que lo convierten en una proteína de alto valor alimentario, además de su importante aporte en ácidos esenciales para la salud de las personas.
“Estas son las acciones que tienen tanto valor y que generan un cambio tan positivo en nuestros residentes porque, en lo concreto, además de comer rico dos a tres veces a la semana, mejoran sus indicadores de salud”, sostuvo Faridi Juri, jefa regional Biobío de Fundación Las Rosas. Agregó que “el Banco de Alimentos del Mar llegó a tocarnos la puerta y eso es una maravilla, por lo que agradecemos ser parte de los beneficiados por este proyecto”.
Sobre Pescadores Industriales del Biobío
La pesca industrial es un sector productivo fundamental en los territorios donde opera hace más de 100 años, un motor de desarrollo para miles de familias y una actividad que se ha proyectado en el tiempo, aportando con 36 mil puestos de trabajo directos, de los cuales 6.500 mil se concentran en la Región del Biobío.
Los productos del mar de los Pescadores Industriales del Biobío, las conservas y congelados de jurel, los apandados y congelados de merluza común, están disponibles a lo largo de Chile, en supermercados, mini market y almacenes de barrio, además de salas de venta propias. Por ello, el trabajo de mujeres y hombres de la pesca industrial alimenta diariamente a los chilenos con productos sanos y nutritivos que, en el caso del jurel, es parte de la canasta básica.
Asimismo, el sector puso en práctica, desde hace 10 años, profundos cambios de gestión ambiental, de productividad (migración hacia una industria de alimentos) y de un remozado set de conductas corporativas en general, basadas en comportamientos altamente sostenibles y responsables sobre los recursos naturales sobre los que opera, los cuales, en su mayoría están certificados internacionalmente por la MSC (Marine Stewardship Council).